martes, 19 de mayo de 2009

ADIÓS A MARIO BENEDETTI

Sabemos que el alma como principio de la vida
es una caduca concepción religiosa e idealista
pero que en cambio tiene vigencia en su acepción segunda
o sea hueco del cañón de las armas de fuego
hay que reconocer empero que el lenguaje popular no está rigurosamente al día
y que cuando el mismo estudiante que leyó en konstantinov que la idea del alma es fantástica e ingenua
besa los labios ingenuos y fantásticos de la compañerita que no conoce la acepción segunda
y a pesar de ello le dice te quiero con toda el alma
es obvio que no intenta sugerir que la quiere con todo el hueco del cañón.


Con los versos de Semántica Práctica doy inicio a este breve homenaje a otro de los grandes de la literatura uruguaya y universal.

Debutó en este mundo el 14 de septiembre de 1920 con el nombre MARIO ORLANDO HARDY HAMLET BRENNO BENEDETTI FARRUGIA tal como estipulan las tradiciones italianas fielmente seguidas por sus padres BRENNO BENEDETTI y MATILDE FARRUGIA, radicados en la céntrica ciudad uruguaya de Paso de los Toros, ubicada sobre la ribera norte del Río Negro, uno de los más importantes de ese país. Poco después, su familia se trasladó a Tacuarembó, capital del departamento previo a instalarse definitivamente en Montevideo. Su educación formal se vio interrumpida en varias ocasiones, principalmente por problemas económicos, los cuales le impulsaron también a trabajar en una empresa dedicada a la comercialización de repuestos para automóviles. En esa época, el joven MARIO BENEDETTI continuaría sus estudios en forma libre.

Luego de trasladarse por algunos años a Buenos Aires, Argentina, volvió a Montevideo donde dio sus primeros pasos en el ámbito literario. Primeramente se integró al semanario Marcha, del cual llegó a ser director. Asimismo, integró el consejo de redacción de la revista Número y se hizo acreedor al Premio del Ministerio de Instrucción Pública por su primera compilación de cuentos titulada Esta mañana. Ese reconocimiento lo obtendría en otras tantas ocasiones hasta que en 1958, renunció al mismo al no estar de acuerdo con su reglamentación. Durante los años 60 viaja a Cuba y México para participar en diversos congresos literarios.
En 1973 parte al exilio como consecuencia del golpe de estado que depuso al entonces presidente JUAN MARÍA BORDABERRY, pasando por Argentina, Perú, Cuba y España previo a regresar a su tierra y con su esposa desde 1946, LUZ LÓPEZ ALEGRE a quien tuvo que dejar a cargo de las madres de ambos.

De 1983 en adelante, recibiría múltiples reconocimientos a nivel internacional, incluyendo el álbum EL SUR TAMBIÉN EXISTE donde JOAN MANUEL SERRAT musicalizó poemas del autor.

De su extensa bibliografía, que abarcó diversos géneros, pueden mencionarse sus novelas Quién de nosotros (1953), La tregua (1960), Gracias por el fuego (1965), El cumpleaños de Juan Ángel (Escrita en verso. 1971), Primavera con una esquina rota (1982), Geografías (1984), Las soledades de Babel (1991), La borra del café (1992), Andamios (1996). Además, sus cuentos Esta mañana y otros cuentos (1949), Montevideanos (1959), Datos para el viudo (1967), La muerte y otras sorpresas (1968), Con y sin nostalgia (1977), La casa y el ladrillo (Compilación de versos y cuentos. 1977), Geografías (Compilación de cuentos y poemas. 1984), Recuerdos olvidados (1988), La vecina orilla, Despistes y franquezas (Compilación de cuentos y poemas. 1989), Buzón de tiempo (1999), El porvenir de mi pasado (2003), El otro yo, Los pocillos, Almuerzo y dudas, Esa boca, El parque esta desierto, Historias de París (2007). A esto se suman numerosos poemas y ensayos, así como grabaciones realizadas entre 1960 y 2004.

Cómo querría otra suerte para esta pobre reseca
que lleva todas las artes y los oficios
en cada uno de sus terrones
y ofrece su matriz reveladora
para las semillas que quizá nunca lleguen

cómo querría que un desborde caudal
viniera a redimirla
y la empapara con su sol en hervor
o sus lunas ondeadas
y las recorriera palmo a palmo
y la entendiera palma a palma

o que descendiera la lluvia inaugurándola
y le dejara cicatrices como zanjones
y un barro oscuro y dulce
con ojos como charcos

o que en su biografía
pobre madre reseca
irrumpiera de pronto el pueblo fértil
con azadones y argumentos
y arados y sudor y buenas nuevas
y las semillas de estreno recogieran
el legado de viejas raíces

como querrían que se escucharan
su verde gratitud y su orgasmo nutricio
y que el alambrado recogiera sus púas
ya que por fin sería nuestra y una

como querría esa suerte de tierra
y que vos muchachita
entre brotes o espigas
o aliento vegetal o abejas mensajeras
te extendieras allí
mirando por primera vez las nubes
y yo tapara lentamente el cielo



Descanse en paz, MARIO BENEDETTI.

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